miércoles, 8 de junio de 2011

Tu y yo nos pertenecemos


Tú y yo nos pertenecemos, gire hacia donde gire el tiempo.
Hacia el pasado: nosotros.
En el presente: nosotros.
Hacia el futuro: nosotros.



Entre risas y lavandas, entre rocas y olivos caminas a mi lado. Tierras, escalinatas, un pueblo, mariposas de alas cristalinas en un trozo de papel partícipes de nuestro amor.
A lo lejos la figura sutil de un pequeño felino que atento observa nuestro caminar cogidos de la mano. Permanece quieto, mirándonos, sumándose a la complicidad de todo lo que nos rodea, de nuestras voces, nuestra presencia, nuestras miradas.
Juguetón, maúlla, gira panza arriba reclamando caricias, dejándose hacer con los ojos entrecerrados y un ronroneo creciente. Un poco más abajo, un perro celoso pretende, con insistentes ladridos, muestras de cariño también para él.
Nos miramos sorprendidos, imposible evitar una carcajada. Me tomas entre tus brazos, me besas y el mundo desaparece: sólo tú, sólo yo, nosotros.
Nuevas risas nos regresan a la realidad. No hay misterios, sólo nosotros bajo el techo del que cuelga un ventilador con sus aspas quietas, mientras el tiempo da otro giro hacia nuestro pasado, presente y futuro.
jueves, 10 de marzo de 2011

La sinceridad del espejo


El espejo le devolvía violentamente una imagen que se negaba a aceptar. El pelo amarilleaba en la raíz, tendría que usar algún tinte como respuesta a los años que se empeñaban en llegar. ¿Por qué el tocador al que tanto había sonreído la torturaba ahora de esa manera? Y aunque, con esfuerzo esta vez, de nuevo sonrío a su reflejo. Una sonrisa cómplice, con la que esperaba encontrar la belleza perdida ya por el camino. Pero no fue así. Su rostro que algún día había sido terso, de la piel más blanca que podamos imaginar, casi transparente, ahora se dibuja arrugado y manchado por cada mal rato pasado, se había marchitado. Sus ojos, que siempre habían mantenido una luz resplandeciente en las pupilas, hoy se fruncían sobre sí mismos desfigurando totalmente su contorno. Estaba cansada ya de aguantar su cuerpo sujeto a un recuerdo. Como se sujeta un suicida arrepentido a la baranda de un balcón. Con los pies danzando sobre un destino inevitable y la certeza de su caída al vacío. La vejez le iba llegando y no iba a tener compasión alguna. De eso estaba segura.
Pero si los años iban a ganarle esa batalla, ella no iba a dejar de oponer resistencia. Mirando desafiante su propio reflejo cogió con fuerza el carmín y se pintó los labios minuciosamente. El mismo rojo de siempre en una boca ya marchita. Dio color a sus mejillas para devolverles la alegría y el rubor que la sobresaltó tantas veces ante la mirada firme de un hombre. Y se ayudó de un peine de púas gordas para definir cada rizo de su pelo. Para terminar con los pasos que había seguido tantas veces se roció con el perfume de siempre, olor a jazmín. El mismo olor que tenía cada uno de sus vestidos y las sabanas de su cama. Y cuando terminó de disfrazar las arrugas sintió que el reloj de la pared la piropeaba parando para ella sus agujas.
Atrás quedaron los años en que su belleza fue envidiada por tantas mujeres. Ahora, sentada en aquel taburete le devolvía la mirada una señora. Un papel que nunca se había planteado interpretar y le estaba siendo impuesto por el tiempo. Sentía que se consumía con cada segundo, como cada grano que cae en un reloj de arena.
Se levantó despacio frotándose las arrugas de la falda, con esas sí que podía, y se quedó allí de pie. Dándole la bienvenida a la nueva Lola, ahora llamada Dolores. La señora en la cual se había convertido y se había negado a ser. Con la palma de la mano se quitó el carmín y sonrío. Se encendió un cigarrillo para marcar la boquilla con los restos que aun quedaban. Lo consumió tranquila, lastimando con cuidado sus viejos pulmones. Después se dio un beso en la yema de los dedos y lo posó sobre el espejo al mismo tiempo que le daba la espalda. Ya había perdido demasiado tiempo de su vida delante de él.
miércoles, 23 de febrero de 2011

Sueños hechos realidad

Sueño que algún día
nos volvemos a encontrar
y sueño que entre mis brazos
yo te puedo acariciar.

Sueño que mi voz te gusta
que te hace suspirar
siento que mis pensamientos
te acaban de llegar.

Sueño que la vida es sueño
y los sueños son verdad
por eso yo de mis sueños
no me quiero despertar.

Sueño que contigo salgo
cada día a pasear
sueño que contigo bailo
y me rio sin parar.

Sueño que cada mañana
tu súper feliz estás
y siento que se contagia
como si fuera enfermedad

Sueño que la vida es sueño
y los sueños son verdad
por eso yo de mis sueños
no me quiero despertar.

Sueño que te quiero mucho
y que tú me quieres más
y me parece imposible
superar la realidad.

Sueño que lo pierdo todo
y me quedas tu nada más
para mí eres más valioso
que el oro que me puedan dar.

Sueño que la vida es sueño
y los sueños son verdad
por eso yo de mis sueños
no me quiero despertar.
lunes, 21 de febrero de 2011

Mil veces perdón

Amor, voy a tratar de ser lo más sincero posible, y escribir lo más bello que pueda en esta tarde, porque tú te lo mereces, tu conciencia se lo merece, tu nombre que da vueltas en mi mente se lo merece y tu alma inocente se lo merece también.

Quizás el que no te merezca soy yo, el cruel, el terrible con toda mi culpa, por las lagrimas que he derramado y te he hecho derramar a ti también, sin saber porque lo hice, me recuerda que en la balanza de mis pecados es el más grande de todos y para colmo fue en tu contra… Así que mi amor, quiero que sepas que sueño con volver el tiempo atrás y golpear a esa persona que te ha hecho tanto daño, auto flagelarme. Me encantaría tomar entre mis brazos a esas dos personas que eran una y correr fuera del mundo si fuera posible, donde no existan la culpabilidad y el dolor.

Perdón por saber y no obrar, perdón por traicionar mis ideales, perdón por no pensar en ti, perdón por mi idiotez, por mi cobardía… perdón por mi silencio cobarde, perdón por no pensar, o por pensar demasiado... si yo pudiera, ahora mismo, te entregaría mi voz para que grites tu dolor, y nuevamente te pido perdón, por no poder, por no querer, por no hacer lo que mi corazón dictaba.

Gracias mi vida por perdonarme, de los errores se aprende y lo que no nos destruye nos hace más fuertes, quizás no te cueste perdonar pero si olvidar, juntos conseguiremos avanzar y dejar de lado los malos momentos, te lo prometo.
sábado, 19 de febrero de 2011

Recuérdame

Recuérdame siempre, Recuérdame así
Yo fui tu sonrisa una noche de abril
Recuérdame siempre, no te olvides de mi
Yo fui ese niño tu tiempo feliz
Yo fui esa niño que murió por ti

Con tu voz me dormí
Tu mano en mi mano tu cara sentí
un susurro alejado
que no comprendí

Ay, Que lejos estas
Quisiera ver el brillo de tu mirar
Ay que lejos estas
sentir tu aliento en mi nuca reposar

Recuérdame siempre, Recuérdame así
Yo fui tu sonrisa una noche de abril
Recuérdame siempre, no te olvides de mi
Yo fui ese niño tu tiempo feliz
Yo fui ese niño que murió por ti

Y una lagrima al caer
Dejaba en mi rostro deseos de ayer
un vago recuerdo
que nunca encontré

Ay, que lejos estas
Añoro verte al despertar
Ay, que lejos estas
un último beso siempre tendrás

Recuérdame siempre, Recuérdame así
Yo fui tu sonrisa una noche de abril
Recuérdame siempre, no te olvides de mi
Yo fui ese niño tu tiempo feliz
Yo fui ese niño que murió por ti.
domingo, 23 de enero de 2011

Queriendo ser frío, me derrito.

Casi no encuentro las palabras para poder plasmar lo que siento, alguien debería de inventar nuevos términos para poder definir este sentimiento. Al principio, nada más conocerte, preferí mostrarme frío, un caparazón de hielo que has ido destruyendo poco a poco, porque cada vez que sabía de ti se ha ido derritiendo.
Ahora, sin embargo, lo primero que se me cruza por la cabeza al despertar es ¿Cómo estará? Has conseguido entrar en mi corazón de un manera muy extraña, al principio sentí que se me venía todo abajo porque me negaba a aceptarlo, a día de hoy, mirando a través de ti puedo ver sentimientos puros y mágicos, pero ya no me conformo con mirarte, desearía poder abrazarte.
Quisiera que esto nunca acabara, que dentro de mil años siguieras despertando en mis las mismas sensaciones de ahora y poder compartirlas juntos por una eternidad.
De nuevo hoy me acostaré con alegría, me dormiré con tu imagen en mi mente, quisiera poder expresarte de alguna manera mi felicidad por ti, pero basta con que me mires a los ojos… la descubrirás.
Pd:tk
jueves, 20 de enero de 2011

Querida enemiga


Desde las frías estancias salían los quejidos de los soldados heridos.

Solamente había un médico, que a cada momento lanzaba maldiciones mientras iba de un camastro a otro acompañado por unas enfermeras con el uniforme manchado de sangre y los brazos desnudos, porque las mangas habían sido usadas para hacer vendas.
Dos camilleros hablaban y fumaban impasibles en el pasillo del improvisado hospital, esperando que llegasen más heridos del frente occidental o que les avisasen para retirar otro cadáver.
Un sacerdote sentado en una cama junto a un soldado moribundo al que acababa de dar la extremaunción, parecía rezar con las manos cubriéndose el rostro, o tal vez escondiendo la impotencia.

Bernabé podía verlo todo desde el lugar donde lo habían acostado; podía verlo y oírlo pese a que frecuentemente perdía la consciencia durante un tiempo y luego despertaba otra vez en aquella pesadilla. Había perdido mucha sangre y la herida todavía manaba tiñendo de rojo el vendaje.

El cura dejo de cavilar y al ver los ojos sin vida del muchacho al que acompañaba se los cerró y le hizo la señal de la cruz. Luego se incorporó pesadamente y avisó con un gesto a los camilleros. Después comenzó a andar ojeando a los soldados tumbados.

Bernabé lo veía acercarse con paso pausado y descubrió en los ojos de aquel sacerdote la mirada que nunca hubiera querido ver; la de la lástima más profunda.
Cerró los ojos para no verlo llegar, quiso huir de aquella pesadilla; volver a abrazar a Rocío, comer el guiso de mamá, vivir, gritar… Las palabras del sacerdote llegaban sin sentido hasta su tímpano, luego sólo un murmullo y después el silencio.

Cuando despertó, el cura ya no estaba allí.
En el pálido rostro de Bernabé se dibujo una dulce y triunfal sonrisa, pues había vencido a la muerte
lunes, 17 de enero de 2011

Grabado a fuego

Hoy, un día más, en medio de esta distancia que nos separa, el sonido de tu ausencia me invade, golpea en mi corazón, y me regresa a una realidad que no deseo.
Busco en torno a mí y sólo encuentro vacío donde antes estuvo tu cuerpo, tu mirada, tu sonrisa…
Giro y giro, a un lado y a otro, y no te encuentro. Y entonces recuerdo.
Recuerdo el roce de nuestros labios, de cuerpos fundidos, de miradas. Grabados a fuego en mis dedos, aquellos que te recorrieron pausados unas veces, otras ansiosos; ni un solo rincón por explorar, cada poro de tu piel contra la mía.
Te aprendí para decirte sin temor a equivocarme, para no olvidar ni una sola de tus letras. Termine mi lectura con tu esencia. Con ese aroma que desprendía tu ser, que al mezclarse con la mía se produjeron: Perfumes a ternura, delicadeza, a te quieros, a pasiones, amores…

Hoy amanece, un día más, en medio de esta distancia que nos separa, y te siento.

PD: Dedicado al amor de mi vida y a nuestro próximo encuentro. Te quiero.
domingo, 16 de enero de 2011

El valor de tu presencia


Era un día muy frío de invierno, lluvia intensa. Su vista se perdía en el océano del espacio, contemplándolo desde el vacío de sus ojos. Acolchó su mejilla derecha sobre la mano.
Quedaba apartado del mundo, intentando recordar lo ocurrido. Solo necesitaba un poco de tranquilidad y sabría como poder continuar con todo. Un cigarro se consumía entre sus dedos.

Que difícil sería. Necesitaría de unos días, unas semanas de libertad para recapacitar. Quizás nunca se recuperaría pero, no quería llegar a la solución más sencilla. No quería acabar colgado bajo las ramas de un árbol, eso sería demasiado cobarde incluso para él.

Cada día le repetía lo mismo y no la escuchaba. Estaba muy ocupado con sus asuntos, y ella seguía repitiendo que algún día la perdería para siempre.
El recordaba la seguridad que tenía al afrontar ese asunto, todo saldría bien, lo tenía todo bajo control.

Pero llego aquel día que nunca debió llegar. Solo habían sido unas copas de más, o eso creía, hasta verla allí tendida en el suelo, sangrando. Le gritó que se levantara, que nunca más le haría aquello, que se entregaría el mismo a las autoridades si volvía a levantarse.

Empezó a entender todo lo que anteriormente le había dicho. Entendió que aquello a lo que agredía físicamente era toda su vida y sin ella yo no era nadie, era un simple tachón en una hoja en blanco.

Cuanto suplicó para que volviera a levantarse. Intento rogar por si había una fuerza superior ahí arriba le volviera a dar otra oportunidad. Pero sus palabras se perdían en el vacío, todo lo que conseguía emitir eran gemidos y sollozos.
Sus lágrimas mojaban todo el suelo. Desesperado se lanzó al piso y la abrazó muy fuerte pidiéndole que volviese.
Su rostro quedo enternecido al recordar aquella mirada tan dulce e inocente con la que le miró aquella primera vez. Se sonrojaron sus mejillas y sus ojos parecían morirse de vergüenza. Aquel día entendió que aquella chica era la mujer de su vida, esa que no le pertenecía, que no le merecía.

Cuanta inocencia reinaba en esos primeros días, meses. Que felices eran, todo era tan bonito! Estaban muy ilusionados, hablando de planes de futuro que llenarían sus vidas por completo. Se prometieron no fallarse nunca.
Pero que lejanos quedaban aquellos días, cuantos cambios se habían producido... Estalló de nuevo entre lágrimas y golpeó duramente la mesa...

De pronto, escuchó una voz muy suave a su alrededor... alguien susurraba dulcemente,
-Despierta dormilón-.
Sonrío de oreja a oreja y la abrazó. La besó con todo su amor y la miró muy seriamente. Le dijo que la quería mucho y que jamás le haría daño. Ella le dedicó una sonrisa muy dulce, que erizó todo su cuerpo.
No preguntó nada, solo le bastaba saber que la seguía queriendo de la misma manera que el día anterior.
miércoles, 12 de enero de 2011

Con destino al cielo


Abuelo… ¿sabías que crearía un día para homenajearte?
Ese día es hoy… y ¿sabes qué día es hoy? Son todos, porque en mis pensamientos aparecerás día tras día.

Ya que tengo la oportunidad de poder escribirte y expresar lo que siento por ti, quiero dejar en internet para que todo el mundo sepa, que fuiste súper importante en la vida de tus nietos. No sé si lograre de terminar de escribir esto sin que las lágrimas se deslicen por mis mejillas, pero seguro que no está a la altura de lo que mi abuelo merece.

No existe la forma de comparar para saber quien tuvo el mejor abuelo, no se puede contrastar, pero yo se que eres tú, mi abuelo, el mejor del mundo.

Unos de los primeros recuerdos que tengo contigo, es de estar en tu patio junto a las gallinas y los pollitos que acababan de nacer. Como me gustaría retroceder el tiempo y volver a vivir todos esos momentos, en los que yo siendo un niño me quedaba embobado escuchándote y aprendiendo cosas de ti.

También recuerdo cuando salías esas noches de verano a la calle, mientras nosotros jugábamos, a decirnos cualquier tontería, cantarnos alguna cancioncilla o inventarte que habías visto algo por el “corralón” todo eso solo para hacernos reír.

Ahora ya, tan solo puedo darte las gracias por haberte conocido durante 23 años, por haber podido escuchar siempre las mismas historias, que no por repetidas dejaban de ser bonitas, ya solo me queda recordar aquel viejito dulce de ojos risueños, ese eres tú, mi abuelo.

About Me

Mi foto
JoseGoMi
Jaén/Sevilla, Spain
Ver todo mi perfil

Visitas

Seguidores

Traductor